Los efectos de la terrible derrota sufrida por el irlandés Michael Conlan (16-1, 8 KOs) a manos del vigente monarca de las 126 libras, el inglés Leigh Wood (26-2, 16 KOs), no solo fueron de orden físico toda vez que debió pasar hasta las 2:00 de la madrugada del domingo siguiente al combate en un hospital de Nottingham, sino el golpe anímico que este representó en el alma del medallista olímpico en Londres 2012.
«Estoy devastado y con el corazón roto», dijo Conlan a la BBC. «Cuando desperté no sabía lo que había pasado, perdí? fue lo primero que me pregunté. Se sintió como un sueño. Estaba seguro que iba a ser mi noche, estaba muy seguro: luego llegó esa mano y todo cambió, es desafortunado, pero estas cosas pasan», dijo Conlan, quien fue sometido a escaneos, examenes de sangre y una resonancia magnética para descartar daños en su cerebro como consecuencia del golpe que lo dejó inconsiente por casi dos minutos la noche del 12 de marzo en el Motorsport Arena de Nottingham.
«El golpe no lo ví venir, giré la cabeza y no lo percibí. Son los golpes que no ves venir los que te hacen daño», aseguró el nacido el Belfast y quien debutó en la arena profesional en el año 2017.
El malogrado púgil volvió a reiterar la necesidad de pactar una revancha ante Wood al considerar que la merece por ir liderando las tarjetas hasta el momento en que un golpe lo sacó de circulación en el último asalto.
«Mi actuación merece una revancha. Odio perder, es el peor sentimiento del mundo para mí», expresó el boxeador de 30 años, quien se manifestó sorprendido por la manera en que Wood se recuperó de la caída en el primer asalto. «Tiene un gran corazón».
Conlan decidió poner en subasta la pantaloneta que lució la noche del sábado anterior para una causa benéfica, en especial, para la organización ‘West Wellbeing’, una fundación en su país que ayuda a la prevención del suicidio.
