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Fury noqueó a Wilder en una guerra sin cuartel

Tyson Fury le aplicó la misma dosis a Deontay Wilder, noqueándolo en once asaltos, después de derribarlo en tres ocasiones, aunque también cayendo en dos.

Fue una verdadera guerra, de las mejores del año, con dos grandes campeones, pero Fury se vio nuevamente superior.

Desde el campanazo inicial se vio la intención de Wilder de ir a buscar a Fury, sin embargo, el inglés retrocedió y convirtió de las cuerdas su mejor defensa.

Inicialmente Wilder atacó únicamente zonas blandas, pero poco a poco se animó a lastimar la cara de un Fury que contragolpeaba y estampaba sus golpes en Wilder, quien en varias ocasiones recurrió a los abrazos para frenar al ‘Rey Gitano’.

El duelo se tornó muy físico y el tercer round fue infernal. Era Wilder el que lideraba la embestida que puso en malas condiciones a Fury, pero este sacó un golpe Inesperado que mandó a Wilder a la lona.

Aunque él estadounidense se puso en pie, no podía mantener el equilibrio y fue salvado por la campana.

El cuarto round parecía ser el final de Wilder, pero el ‘Bombardero de Bronce’ sacó a relucir el cañón de su mano derecha para mandar a la lona a Fury. El inglés venció el conteo, pero Wilder olió sangre y siguió atacando hasta derrumbar nuevamente a su rival con otra derecha. Fury se levantó, la campana sonó y ambos se fueron a los banquitos.

En menos de tres minutos cambió la historia. Wilder pasó de estar prácticamente vencido a estar muy cerca de la victoria.

Los siguientes asaltos fueron realmente dramáticos, con ambos lastimados y con poco fondo físico después del gran desgaste de los primeros asaltos. Ambos con la mirada perdida, pero con el pundonor de dos grandes campeones.

Fury fue el más rápido en tomar un segundo aire y convirtió del séptimo asalto un infierno para su contrario. Con una derecha al mentón, Fury dejó ‘groggy’ a Wilder, quien prácticamente estuvo noqueado en pie y solo lo mantuvo así su corazón de gran guerrero, mientras la mirada la mantenía perdida.

Muchos pensaron en que la pelea debía terminar a favor de Fury, pero el mismo Wilder se encargó de decirle a su esquina que no detuvieran el combate.

Así siguió la reyerta, con Fury dominador y con un Wilder siendo maltratado, pero con ganas de seguir luchando, aunque bajo la advertencia del médico del ring, que lo revisó en una oportunidad.

En el décimo un nuevo cruzado de derecha de Fury mandó a la lona a Wilder. Todos pensaron que no se iba a levantar, pero Wilder lo hizo y siguió lanzando y conectando, manteniéndose en combate.

La crónica de la muerte anunciada llegó en el onceavo asalto, cuando una nueva poderosa mano derecha de Fury dejó tendido en la lona a Wilder, esta vez para que el juez terminara de manera inmediata el combate y culminara con la masacre.

Fury se mantuvo como campeón pesado del CMB en su primera defensa.

Por: Redacción BDC

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