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A 14 años de la hazaña: Carlos Támara campeón mundial en Filipinas

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Carlos Tamara nuevo campeon de la fib 108 libras le gano a Brian Viloria

Carlos José Támara Paternina, un joven nacido el 15 de marzo de 1983 en Sincelejo, era reconocido por sus buenas calificaciones en los colegios.

Criado en el barrio Fátima, Támara no solo tuvo que lidiar con los flagelos que azotaban ese sector de la capital de Sucre, sino también con otros niños que lo molestaban hasta el punto de hacerlo llorar.

Su vida nunca fue fácil, aparte de los estudios, Carlos debía acompañar a su padre hasta la catedral de Sincelejo a vender frutas para colaborar con el sustento diario de su familia.

En 1996 los Támara Paternina quedaron si en esa fuente de ingreso, cuando su frutera fue desalojada, por lo que tuvieron que viajar a Barranquilla para conseguir alguna entrada.

Primero llegaron a La Chinita, pero posteriormente vivieron en la Zona Negra, cerca del mercado de la ciudad. Su actividad económica era vender pasteles en los buses y calles.

Viviendo en ese sector de ‘La Arenosa’, Támara asistió a Punto Blanco, un club de entrenamientos de boxeo que quedaba a un par de cuadras de su casa y que era dirigido por Eliecer Escorcia.

La razón por la que Carlos aceptó la invitación fue por la misma por la que practicó Taekwondo en Sincelejo a los 8 años: aprender defensa personal.

Sin embargo, en unos de sus primeros entrenamientos, Támara fue brutalmente golpeado por un compañero y decidió alejarse de Punto Blanco.

Pero Escorcia estaba convencido de las excelsas habilidades en Támara, tanto así que le insistió en su vuelta y le perdonó muchos meses de pago.

Con el tiempo, Támara fue mejorando su boxeo y fue llevado al Humberto Perea, donde sería entrenado por Jorge García Beltrán, con quien haría una gran amistad, tanto que el ya desaparecido estratega lo convirtió en un pupilo personal.

Pese a que todos veían que su futuro era deportivo, Támara, un joven estudioso y aplomado, nunca abandonó sus estudios hasta graduarse de bachillerato y estudiar Ingeniería Electrónica.

Támara pasó por la Selección Atlántico, coronándose en varias competiciones nacionales y con Selección Colombia asistió a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

El 8 de abril de 2005, Carlos Támara, el mayor de cinco hermanos, decide saltar al profesionalismo, noqueando de manera fulminante en Barranquilla a Harold Rodríguez. Sin duda, una nueva estrella había nacido.

Támara fue campeón Latino por la OMB y el CMB y monarca fedecentro por la AMB al mismo tiempo, lo que lo llevó a disputar un título mundial, aunque fue de otra organización: la FIB.

El 23 de enero de 2010, Támara subió al ring en Metro Manila, en Filipinas, y con todos los pronósticos en contra noqueó al estadounidense Brian Viloria al 1:45 del último asalto, cuando el defensor de la corona iba arriba con tarjetas de 106-103, 105-104 y 104-105.

Aunque su reinado fue fugaz, quedó marcado en el corazón de todos aquellos que vieron como aquel niño delgado del barrio Fátima en Sincelejo noqueó a todas las dificultades hasta llegar a la cima.

La historia profunda de Carlos Támara es una constelación de pequeños capítulos ligados a momentos específicos de su vida, enmarcados en la constante lucha por querer salir adelante.

En abril de 2018, el sucreño celebró la obtención del título como licenciado en educación física de la Universidad de Pamplona, residiendo en Bucaramanga, la ciudad que acogió al excampeón luego de su retiro.

Támara contó a BDC que ha tenido la oportunidad de encontrar una vida estable tras dejar el boxeo: «Me dediqué a estudiar educación física, este año tomé grado de licenciado y ahora estoy trabajando como entrenador en un club, que tengo en Bucaramanga».

El último combate de Támara como boxeador profesional fue el 19 de octubre de 2013, ante Adrián Dimas, en Perú, donde ganó por decisión unánime. A pesar de la victoria, el sincelejano sabía que era el momento para colgar los guantes.

«Ya había perdido la motivación, por la necesidad que tenía de hacer un cambio en mi vida y esta fue una de las razones que me hizo pensar en dedicarme a cambiar la profesión que tenía», expresó.

Por ello, decidió dejar los guantes y asumir su rol desde la esquina, iniciando el proceso para convertirse en entrenador de boxeo, buscando sembrar el deporte en los nuevos prospectos del pugilismo nacional.

«Realmente quería hacer un cambio en mi vida y encontré la oportunidad de estudiar en la Universidad de Pamplona. El profesor Miguel Reyes me contactó para trabajar en el gimnasio y es a lo que me dedico hoy en día», dijo Támara.

El sincelejano, de 36 años, dijo que no extraña sus momentos como boxeador: «ya quemé esa etapa. Mi tiempo ya terminó en el boxeo y ahora estoy más tranquilo y lo vivo desde otro punto». Ahora, en la esquina del ring busca forjar nuevos púgiles para mantener vigente el ‘deportes de las narices chatas’ en Colombia.

«La idea es que toda la experiencia que viví se las transmita a los pupilos, que están en este proceso de ser boxeadores aficionados y tienen la meta de convertirse en grandes estrellas del boxeo», concluyó.

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