El deporte, aquello que nos hace sentir, vibrar, emocionarnos y palpitar un sinfín de sensaciones en torno a las aficiones, hoy se encuentra en vilo debido a la expansión de la pandemia COVID-19, que ha afectado la práctica en su totalidad alrededor del mundo. Ya no se ven estadios llenos ni jugadores dentro de él, ya no rebota la pelota sobre el tablero antes de pasar por el aro, ya no se escucha el raquetazo previo a conectar le redonda, ya no se sienten los golpes sobre la lona.
Pero muy seguramente, pronto volverán. Y todo depende de nosotros mismos. Mientras tanto, en Boxeo de Colombia tomamos el tiempo para recordar aquellos sucesos que han marcado historia para los pugilistas colombianos, quienes a puro golpe de intercambio han dejado huella en el deporte y dejan algo para recordar.
Aquí comenzamos con uno de los que era considerado el boxeador top del momento. Hablando entre 2005, o un poco antes, y después. Nacido en Magangué, un 16 de febrero de 1980 y llamado Ricardo Torres, pero comúnmente conocido como ‘Mochuelo’, quien en 2001 tuvo su debut como boxeador y fue acumulando una exitosa campaña a punta de nocauts.
En 2005 tuvo su primera oportunidad para coronarse como campeón del mundo y perdió contra Miguel Cotto. Sin embargo, un año más tarde, tuvo una nueva lucha por cetro mundial, contra Mike Arnaoutis, y esta vez salió vencedor. Tuvo dos defensas exitosas de su cinto y en una revancha, lo perdió contra Kendall Holt, y teniendo la oportunidad para realizar una trilogía extrañamente, la dejó pasar.
El Salón Jumbo del Country Club de Barranquilla, en agosto del 2007, marcó lo que fue el fin para ‘Mochuelo’. En frente tuvo al estadounidense Holt, ante quien exponía por segunda vez su campeonato superligero de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Aquella noche en ‘Curramba’, todo era felicidad. La ciudad se vestía de gala para recibir un evento de talla internacional en el boxeo, en el cual iba a participar un colombiano en la velada estelar.
Ricardo, montado en la pelea y sobre el asalto final, logró conectar un gran golpe cruzado de izquierda que dejó sin luces a su rival. Una defensa más, victoria al bolsillo y lógicamente, la emoción del público no se hizo esperar, pues queriendo estar con el ganador, los asistentes se lanzaron sobre el ring para festejar el triunfo de ‘Mochuelo’.
Ahí comenzaron los problemas. En medio de la euforia, se produjo un ‘tira que jala’ entre fanáticos, quienes se lanzaron sobre Ricardo, y su equipo, quienes buscaron sacarlo de la multitud para no dañar la alegría. En esa ‘disputa’, ‘Mochuelo’ resultado afectado, pues tuvo músculos dorsales maltratados producto de tanto esfuerzo tras la pelea y evadiendo aficionados.
“Hubo una invasión tremenda por parte de público y familiares de él, quienes lo sujetaron. En ese afán de congratularse con la victoria, algunos lo sujetaron de tal modo que parece que se resintieron los músculos dorsales. Posteriormente, se estaba quejando de algunas contracturas que estimó graves, pero los informes médicos dijeron que fue maltratos musculares a los que fue sometido”, afirmó a Boxeo de Colombia, su entrenador en aquel momento, Orlando Pineda.
Con trabajos de recuperación, se buscó aliviar aquel dolor para que regresara rápidamente al ring para exponerse como campeón. Sin embargo, su dolor continuó, y si bien los médicos “al final le dijeron que no tenía nada”, dijo Pineda, ‘Mochuelo’ siguió con dolor, pero se sobrepuso y volvió a la acción en dos oportunidades más.
Revancha en territorio norteamericano
Recuperado y con el resultado vencedor ante Holt, se pactó una revancha, pues aquel resultado no agradó mucho al equipo del estadounidense. Y así fue. 10 meses después, en julio del 2008, se dieron cita en el Planet Hollywood Resort and Casino de Las Vegas.
Las acciones llevaban 15 segundos cuando un temible volado de izquierda de Torres envió a la lona a un Holt que no vaciló en levantarse, y en menos de 10 segundos, sus guantes volvieron a apoyarse sobre la plataforma cuando golpes internos de ‘Mochuelo’ volvieron a conectarlo. La mesa parecía servida para el colombiano y estaba cerca de quedarse con una nueva victoria. Pero, sucedió algo impensado.
“Salió lo que habíamos practicado. Holt tenía un movimiento típico. Lo vimos en la pelea y lo vimos en la película. Algo que le advertí a Torres, porque pasó en la primera pelea. Cuando Holt estaba en la cuerda, se desesperaba y tiraba golpes. Cuando ‘Mochuelo’ entraba a atacar, lo hacía con las manos bajas, le hice énfasis que finteara y se saliera, porque en las cuerdas Holt es peligroso, pero en el centro no. Cuando Holt se cae, ‘Mochuelo’ se le va encima para rematarlo, era lo lógico cuando estratégicamente no era conveniente…”, expresó el entrenador.
Golpe… inesperado
Todo fue cuestión de segundos en el primer asalto. Torres, aprovechando que su rival estaba más del ‘otro lado’, se lanzó a golpearlo y buscar el fin de la lucha, pero Holt, en un movimiento rápido, evadió los golpes agachado, se levantó y en eso, propinó un contundente cabezazo a ‘Mochuelo’, quien terminó notoriamente afectado, provocando que el norteamericano lo golpeara para mandarlo a la lona.
Torres quedó tendido en la lona sin reacción alguna. El susto fue tan notorio, incluso en el árbitro, quien agitó sus manos desesperadamente, antes de llegar al límite de su conteo, ante un desplomado combatiente que no respondía al llamado. Muchos festejaron y pocos alegaron en su momento aquel cabezazo que quedó registrado por el único lente de Marco Pérez.
“¿Qué pasó? Holt en su desespero de salir, se agacha y se levanta para agarrarlo, pero le pega con la cabeza en el mentón. ‘Mochuelo’ se aturde, se va hacia tras casi cayéndose. El muchacho ve la oportunidad, lanza un golpe y remata la situación que ‘Mochuelo’ tenía y cae de nocaut, que posteriormente, costumbre en Las Vegas, fue llevado a la clínica por seguridad. Fue un nocaut normal, pero que no trascendió a mayores”, agregó Pineda.
La contienda quedó ahí, pero con el sinsabor para los colombianos por la derrota. Y más como se dio con el golpe ilegal. Así, se juntó el material fotográfico como evidencia y se protestó ante la Comisión Atlética de Nevada por el resultado, y se ordenó una trilogía, que ‘Mochuelo’ aceptó, pero, después de tres meses de entrenamiento constante, decidió no realizar.
La trilogía que no se dio
Pineda y ‘Mochuelo’ hacían sus entrenamientos comúnmente. Alistándose para una nueva contienda en disputa por título mundial. El colombiano debía buscar el fajón que le había sido arrebatado de manera injusta. Invirtió tiempo y dinero en su preparación por tercera vez contra Holt, y de un momento a otro, se ‘bajó del avión’ y no quiso pelear.
Pero pocos meses después, sorpresivamente aceptó un enfrentamiento contra Raúl Pinzón, en el Hotel Prado Mar de Puerto Colombia. Rechazó una trilogía a nivel mundial por una contienda que poco le iba a dejar. La gloria lo dejó.
“Hasta el día antes de viajar, estábamos plenamente seguros de ir a la pelea y ganar. Él en un momento dado, pensó que podría sufrir daño y que no valía la pena arriesgarse. Me sorprende que posteriormente, acepte una pelea, declarándose impedido para pelear, con medio cuerpo muerto, y acepta esa pelea con Pinzón teniendo 20 libras más de peso”, confesó Pineda. “Peleó por simple orgullo, por rabia. Se metió con él por un disgusto. Peleó por un millón de pesos, por publicidad que no logró pagar”, afirmó.
‘Mochuelo’, out
Alegando sus continuos dolores de espalda, ‘Mochuelo’ se vio forzado a quitarse los guantes y a dejar atrás una carrera de ocho años que le dejó un título mundial, que pudo extenderse por más tiempo, pero aquel cabezazo quedará marcado en la historia.
“’Mochuelo’ fue uno de los boxeadores más completos en términos de capacidades físicas, técnicas y tácticas. Desafortunadamente no todo el paquete viene completo. Como casi la mayoría de los peleadores, llegan a una instancia alta en un medio como el nuestro donde no hay figuras relevantes. Era uno de los excelentes peleadores, pegador, inteligente, valiente. Vi peleas en que recibió golpes fuertes y se levantaba”, destacó su antiguo entrenador.
Pineda también reconoció que Ricardo no era “el más completo” en cuando a su inteligencia emocional, pues posteriormente notó cambios en él. “Desafortunadamente para la vida, en cuanto a la inteligencia emocional no era lo más completo. Eso ocasiona que tome decisiones que fueron en contravía de sus intereses. Sentí que se estaba traicionando a sí mismo, sus hijos, su carrera”, apuntó.
Ahora, Torres tiene una vida “poco visible”. Acogido en Magangué, casualmente entrena futuras promesas del ring, pues es uno de los tantos casos de deportistas colombianos que está relegado al olvido.
“No conozco qué tipo de actividades tenga. Lo vi en Barranquilla con unos muchachos que llevó a pelear. Le dije que era bueno que se metiera como entrenador y se enfocara, pues tenía un nombre que le va a servir. Lamentablemente, nuestro sistema no es equitativo con nuestros deportistas. Se nota que cada vez dejan de boxear, se pierden para el mundo deportivo, para todo. No hay un programa de las entidades deportivas que recojan la experiencia de la gente y los vincule en entidades, que sirvan de guías para que los muchachos incursionen en el deporte”, sentenció Pineda.
Por: Redacción BDC.