Cuando Irene ‘Mambaco’ Pacheco dio el salto al profesionalismo, un 19 de noviembre de 1993 en Cartagena, nadie se imaginó ni mucho menos apostó porque sería el vigésimo sexto campeón mundial que pariría Colombia, pese a que comenzó ganando por nocaut a Wilmer Jinete.
Su historial no era positivo, pues antes de debutar en el profesionalismo ya ‘Mambaco’ estaba retirado por una recomendación médica, debido a una lesión en su mano izquierda que sufrió cuando representaba a la Selección Antioquia, en un Campeonato Departamental.
“Me hicieron seguir peleando y la última la perdí con Reinaldo López. A mí me retiraron y yo me fui a tirar machete, pero a mí eso no me gustaba por las avispas. Al año arranqué a Cartagena con una sola mano y peleaba del lado izquierdo, cuando yo era derecho. Mi papá me enseñó esa guardia porque él era ambidiestro”, contó Pacheco en entrevista con Boxeo de Colombia Podcast, que se emite todas las noches, de lunes a viernes, por nuestra página de Facebook.
Debido a esto, el nacido en San Juan de Urabá viajó a Cartagena en 1989, donde estuvo por tres años, antes de pelear ante Jinete.
“A mí me decían ‘Trinity’ en Cartagena. Billy Chams (promotor) me vio pelear y con 37 mil pesos Amado Guerra (entrenador de Antioquia) me trajo a Barranquilla. Billy me ofrecía 800 mil pesos por el pase y eso era bastante plata, pero si a mí me los daban me los iba a gastar todo y yo tenía dos hijos. Yo le dije a Billy que no me diera plata, pero que me diera trabajo”, recordó.
Fue ahí donde comenzó la historia de Pacheco con la cuerda Cuadrilátero, alternando su trabajo de boxeador con sus labores diarias en la industria textil propiedad de la misma familia Chams, en Barranquilla.
Así, entre la incertidumbre por su condición física y la mirada incrédula de la mayoría, comenzó la carrera de Pacheco. Tuvo varias peleas en Barranquilla, Santa Marta y Cartagena, pero su lesión en la mano le impidió desempeñarse al máximo nivel, por lo que fue expulsado de Cuadrilátero.
“Nadie creía en mí, yo era un manco porque yo peleaba con la mano derecha mala. Billy me dijo que yo no servía, que era cagado, porque yo decía que no peleaba cuando me daba el dolor. Él me quitó el trabajo, la comida, todo y yo vendía rifas para comer. Era media librita de arroz y un huevo. Yo pasé trabajo. Amílcar Brusa decía que yo no servía. Había 17 boxeadores y solo me echaban a mí. No me veían llorando, pero yo lloraba en mi cuarto”, narró.
Entre necesidades siguió la vida de un ‘Mambaco’ que nunca abandonó su sueño y siguió entrenando por su parte, hasta que salió en Maracay, en el marco de un Nocaut a Las Drogas de la AMB, la oportunidad por el título Fedecentro del peso mosca. El rival sería el entonces invicto nicaragüense Emilio Alvarado, quien llegaba como favorito a la lucha de invictos, que terminó con victoria del colombiano por nocaut técnico en apenas dos rounds.
“A Emilio Alvarado le hice una brecha de trece puntos, no lo dejé ni que me pegara. Ahí Billy me dio nuevamente el trabajo y la comida. Me trajeron todos y les gané, hasta a Ángel Priolo, que decían que nadie le ganaba”, contó.
Uno a uno fue superando a sus rivales, hasta que en su vigésima cuarta pelea llegó la oportunidad mundialista. Fue el 10 de abril de 1999 ante el peruano Luis Cox, a quien despachó en nueve episodios, coronándose campeón de la FIB.
“Para esa pelea me entrené solo. Yo fui campeón porque Dios lo permitió. Yo tenía mi entrenador que era Álvaro Mercado, pero yo salía a trotar una hora y media y ellos estaban en su casa. Si quería ser campeón, debía tener disciplina”, señaló. No me sentí satisfecho con la pelea que hice. Me cansé en el tercero por tirar muchos golpes. Las piernas estaban aguadas y la gente estaba hablando mal de mí. Yo al día siguiente salí a trotar porque no quería que nadie me ganara. Me llevaron donde Orlando Pineda y con él es una cosa diferente, iba mejor preparado. Cuando le gané al norafricano (Ferid Ben Jeddou) sí me sentí campeón mundial”.
La siguiente pelea de Ferid Ben Jeddou fue una de las que más recuerda Pacheco, pues fue ante el mexicano-estadounidense Pedro Peña, catalogado uno de los mejores del mundo y quien llegaba como su retador obligatorio, en la primera salida al extranjero de Pacheco, en El Paso, Texas.
“Cuando fui a El Paso, Texas, me tocó contra el número uno del mundo. El man quería impresionarme y a mí lo único que me impresionan son los golpes. Allá había un solo colombiano que gritaba Colombia y yo cogí y lo abracé antes de subir al ring y le dije ‘no te preocupes, que le voy a tirar golpes por todos lados y voy a ganar’, Era mi primera salida, y yo estaba nervioso”, manifestó.
Luego vinieron defensas ante al sudafricano Masibulele Makepula, el estadounidense Mike Trejo, el mexicano Alejandro Montiel y el británico Damaen Kelly, paseándose por El Paso, San Antonio, Las Vegas y Barranquilla.
Todo lo anterior hasta cuando llegó la fatídica noche del 16 de diciembre de 2004, cuando en Hollywood, Pacheco fue despejado por el armenio Vic Darchinyan, en su séptima defensa, en medio de una polémica suspensión de su pelea por pirotecnia en el octavo asalto, que después de la reanudación terminó a favor del retador por nocaut técnico en el onceavo episodio.
“En Hollywood me hicieron la rosca. ¿Cómo van a parar la pelea en el octavo round por bulla cuando ya lo tenía noqueado? La gente en todo Estados Unidos me decía: ‘Pacheco te robaron’. Yo quería que me dieran la revancha y nunca me la dieron. Era el día para perderlo, como dice la canción ‘todo tiene su final’. Fui bien preparado y di guerra”, señaló.
‘Mambaco’ hizo varias peleas más, incluso, coronándose campeón intercontinental del peso gallo de la OMB ante el guyanés Leon Moore. Su récord final fue de 33 victorias y 2 derrotas.
Hoy por hoy, tras su retiro el 30 de abril de 2007, ‘Mambaco’ se dedica a ser entrenador personalizado de quienes soliciten el servicio en el departamento del Atlántico.
Por: Jeffry Almarales Nieto