Dmitry Bivol subirá al ring del T Mobile Arena de Las Vegas para exponer su corona de las 175 libras ante Saúl ‘Canelo’ Ålvarez como un verdadero despatriado: ni la bandera rusa ondeando, ni mucho menos el Himno de la Federación Rusa sonando.
Dado que la AMB, la entidad que avala este combate, decidió apartarse de sus homólogas (CMB, FIB y OMB) de no sancionar combates donde estuviesen involucrados peleadores rusos y bielorrusos, surge una pregunta, si el ánimo de la esfera internacional del deporte, incluyendo la del boxeo, es no darle propaganda a la Rusia de Putin, cómo podremos creer que el monarca llega en condiciones de legítima competencia para poder ganar la publicitada reyerta contra Canelo de llegar el punto en que los jueces deben darle la razón al boxeo de Bivol en las tarjetas y sea él y la Rusia que representa llevándose el honor de protagonizar el batacazo del año en los deportes, al destronar el mejor libra por libra?
Pobre Bivol, ni noquenado parece ganar esta pelea. Las casas de apuestas lo llevan -500 contra + 333 por debajo, es decir, los algoritmos de las mismas parecen computar el ‘Factor Putin’ y no solo las condiciones técnicas y físicas de su rival pelirrojo. Llegará la hora este sábado y lo único que pedimos, con el Padre Nuestro a flor de labios, es que Bivol no sea una ‘Matrioska’, el juguete artesanal ruso, donde una muñeca grande contiene varias pequeñas, y termine el boxeador defensor siendo una versión pequeña de sí mismo. Mientras que el factor político va ser muy difícil darle respuesta y saber cuánto va a influir, pero de que lo hará, lo hará.
Por Carlos Hurtado Morón