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A tres años del trágico accidente de Deivis Pérez

Deivis Pérez se había prometido volver a ser ese boxeador con hambre de gloria que comenzó siendo en sus primeros años como profesional desde su debut en 2007. El camino no fue nada fácil. cuatro derrotas entre octubre de 2017 y abril de 2018, complicaban el recorrido, pero su convicción se mantenía intacta a pesar de todo.

Grecia fue el país que le acogió para su última pelea antes de regresar a Colombia. Stelios Papadopoulos le derrotó por la vía rápida. No había tiempo para lamentaciones. En casa debía comenzar a prepararse para una futura contienda, y al mismo tiempo sostener a su familia de tres realizando la labor como mototaxista.

Fueron meses complicados para Pérez, pero un llamado de confirmación para pelear el 22 de noviembre en Cartagena cambió el horizonte por completo. Ya la moto no era su principal preocupación, ahora se la pasaba siempre en el gimnasio entrenándose a fondo para lograr cumplir su promesa.

Junto a él, un joven amateur llamado Álvaro Cassiani hacía las veces de su compañero en las sesiones de entrenamiento. Una tarde, luego de una extenuante jornada, ambos salieron en la motocicleta de trabajo de Deivis desde el barrio La Magdalena con rumbo al municipio de Soledad, sin saber que ese día todo cambiaría.

Lo impensado

Sobre la altura de la calle 30, una tractomula pasó a toda velocidad muy cerca de Pérez y Cassiani, provocando que Deivis perdiera el equilibrio de la moto y cayeran en la carretera de forma aparatosa. Álvaro logró salir rápidamente de la vía y evitar así que otro vehículo le pasara por encima, pero esa misma suerte no la tuvo Deivis, quien no tuvo tiempo para reaccionar, y fue aplastado por otra tractomula que transitaba por la zona.

«Yo solo pensé en resguardarme en la acera. No recuerdo muy bien lo que pasó, pero reaccioné rápido, busqué mi bolso y un zapato que me faltaba. Luego caí en cuenta que faltaba Deivis. Fue ahí cuando lo vi», dijo Cassiano en entrevista con Boxeo de Colombia.

Los sueños de este padre y boxeador de 33 años se terminaron en ese momento. La muerte fue instantánea por la tenacidad del impacto. No hubo necesidad de ambulancia para Pérez, quien fue atendido por agentes de Medicina Legal. Caso contrario el de Cassiani, trasladado a la clínica La Victoria en Barranquilla, donde estuvo en cuidados intensivos, para luego salir recuperado físicamente de este episodio, pero no mental y espiritualmente.

«Yo me siento culpable por su sucedido, siento una responsabilidad con su familia y también en mantener vivos sus sueños como boxeador. Desde ahora estoy comprometido en poder ayudar a su esposa e hijos, y poder en un futuro cumplir el sueño que él tenía de pelear en los Estados Unidos», afirmó Cassiani.

Álvaro tiene a cuestas una gran mochila que parece no hacerle peso para seguir adelante. Su voz denota compromiso y determinación en lograr lo que sus palabras dicen. Su familia le apoya, su entrenador lo alienta y la vida le permitió tener una segunda oportunidad, la cual no piensa desaprovechar.

Por: Redacción BDC Internacional

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