La nueva vida de Oscar Negrete es una verdadera aventura. Aunque la exigencia y los hábitos son parecidos, las prácticas han cambiado bastante, dando un giro de 180 grados a los días del colombiano.
Hoy, Oscar Negrete se levanta a las 4:30 de la madrugada, entrenando por un par de horas a un grupo de jóvenes boxeadores que sueñan con construir el camino para convertirse en campeones mundiales.
Posteriormente llega a su hogar para recoger y dejar a sus hijos en las escuelas. Por la tarde entrena a niños que desean hacer deporte, mientras da la orden a los profesionales de correr para ganar resistencia física.
“La vida en Estados Unidos es bastante ocupada”, comentó Negrete en conversación con BDC. “Esto te tiene que gustar. A mí me gusta, me apasiona. Como boxeador, cuando te gustan las cosas, no es difícil, lo difícil del boxeo es bajar de peso. El entrenamiento fuerte siempre me gustó, lo gozo, lo disfruto. Como entrenador lo disfruto bastante, es una etapa nueva. He ido haciendo mis correcciones, porque es diferente trasmitir lo que sabes”.
25 peleas en ocho años como profesional -consiguiendo campeonatos regionales y luchando por cetros mundiales-, más una amplia carrera como amateur, le avalan para tener la experiencia necesaria para guiar en sus carreras a estas jóvenes promesas.
“Me siento seguro del trabajo que estoy haciendo porque lo viví, sé lo que da y no da resultados. Quizás no fui campeón mundial, pero soy autocrítico. No recuerdo la etapa donde no era boxeador, yo nací en el boxeo. Ellos mismos (los boxeadores) sienten el trabajo y me voy ganando la confianza”, aseguró.
Sin embargo, Negrete es consciente que inició una larga carrera, y que para ser el mejor debe pasar por muchas pruebas.
“Siento que estoy mejorando, avanzando. No vengo aquí a hacer solo sacos y sombras. Aquí hay una tarea cada día y cada estación que pongo en los circuitos tiene una finalidad. Obviamente no me la sé toda, voy aprendiendo”, cerró.
Por: Redacción BDC