Por: Marco Pérez Zapata
Tras descender del ring en la noche del 28 de agosto del 2009, después de que el colombiano Juan Urango se quedara con el título FIB de la división superligero, en el Hard Rock Hotel and Casino de Hollywood, ante el norteamericano Randall Bailey, este par de luchadores no volvieron a verse las caras.
Aquella pelea en la que el estadounidense se sintió ganador luego de causar una considerable herida en el rostro del colombiano, y que luego se vio sorprendido por la reacción de éste, quien con una potente combinación lo mandó a la lona, sin duda “fue una gran pelea”. “Urango hizo su pelea, fue emocionante. Hice el knock down no lo buscaba, veo que él va a la esquina y no renuncia, dije: ‘¡Dios mío!’”.
Así lo explicó Bailey casi 6 años después de aquella pelea, tras reencontrarse con Urango el pasado miércoles en el pesaje oficial de la velada en la que el nacional Breidis Prescott cayó ante Fredrick Lawson por decisión dividida este jueves.
Los nervios se adueñaron de Randall al tener al frente a uno de sus contendores más potentes de su carrera. Y no es para menos. A su imagen llegaron rápidamente detalles de aquel combate: “su pegada fue dura, me hizo ir abajo, sentí las 147 libras, yo venía de las 140. No lo podía creer cuando me noqueó”, dijo a Boxeo de Colombia.
Pero al instante la pelea fue caso aparte y en un fraternal abrazo se unieron dos de los mejores boxeadores de sus respectivos países. Anécdotas, risas y comentarios del boxeo de hoy, fueron el tema de conversación, olvidando por completo la reyerta de años atrás.
“Urango fue un gran campeón”, fueron las palabras de Randall hacia el colombiano, quien seguidamente respondió con otro abrazo.
Una vez más queda demostrado que en el ring son enemigos, fuera de él, los mejores amigos.
Twitter: @marcoperezbox