No podemos esconder que estamos pasando por el peor momento en la historia del boxeo colombiano. Antes teníamos hasta tres campeones mundiales de manera simultánea y en todo el globo terráqueo nos catalogaban como la cuna de los mejores del box, un país que entregaba púgiles de alto nivel, pero paulatinamente se fue diluyendo esta imagen.
No me cansaré de decirlo. Una de las principales causas de esta debacle radica en el interés particular de algunas personas que solo quieren sacar provecho de los boxeadores y de las buenas bolsas en el extranjero, olvidándose de nuestro territorio.
Definitivamente sabemos que en Colombia, en una parte del territorio, se hacen veladas clandestinas, solo para subir los récords a los norteamericanos o a cualquier postor que traiga dólares, que reciben promotores sin escrúpulos.
Aquí quiero hacer un gran paréntesis. No hablo de todos los promotores, sino de unos cuantos que tengo plenamente identificados y que cometen esta grosería especialmente en dos ciudades de Colombia, en donde muchas veces las peleas que registran en Boxrec son fantasmas, ni siquiera existen, nunca se dieron o hasta pelean con otros nombres. Pero, ¿de qué le vale a un extranjero viajar hasta Colombia para pelear solo un round? ¡Mejor hagan un sparring en la sala de su casa!
Estamos cansados de que todo el tiempo esté ocurriendo esta situación en nuestro boxeo. Cada vez que estoy en carteleras por fuera de Colombia tengo que escuchar historias de manejadores que van a mi país a hacer récord, porque es mucho más fácil.
¿Hasta cuándo vamos a aceptar esto en el boxeo colombiano? Ya no solo somos la prostitución del boxeo, sino que también somos la mafia. ¿Cómo es posible que ni siquiera Boxrec tenga el control de una lista que no existe? ¿Hasta cuándo vamos a tener veladas clandestina? Esas mismas que se hacen en parques, fincas, y en lugares que no son aptos. ¿Hasta cuándo los extranjeros quedándose dos meses para hacer una cantidad de peleas en las mañanas?
¿No hemos aprendido con las tragedias que ya nos han enlutado? ¿Qué más tiene que pasar? ¿Por qué jugamos con la vida y las necesidades de los boxeadores?
Prefiero quedarme con lo positivo, con esa gente que quiere al boxeo de verdad, que no comulga con la corrupción. Yo espero que algún día se vaya la mafia del boxeo colombiano y seamos reconocidos por nuestro talento.
Por: Marco Pérez Zapata