El 27 de septiembre de 2013 debutó en Ontario un cachaco. Un boxeador técnico, con cualidades estupendas que pintaba para ser una figura del boxeo. No por nada Thompson Boxing Promotions, promotora estadounidense, posó los ojos en él y lo llevó al profesionalismo.
Con 28 años recién cumplidos, César Villarraga tenía una carrera prometedora, por lo que sus apoderados lo fueron llevando de a poco, siempre luchando en el DoubleTree de Ontario, al que convirtió en su hogar.
Sin embargo, su brillante ascenso tuvo un punto de quiebre aquella fatídica noche del 25 de septiembre de 2015, cuando enfrentando al local Manuel Méndez, el colombiano sufrió una caída aparatosa que causó una fractura en su tobillo derecho que terminó con la pelea en el tercer round.
“Les daré un consejo, que me dio mi papá, a todos los boxeadores activos y que después de tantos años no lo seguí al pie de la letra: no hay rival pequeño. Esa pelea la estaba ganando ampliamente. El vídeo que promovieron ellos en YouTube lo hicieron ellos mismo y aun así no se ve ningún golpe bueno. Yo bajé los brazos, empecé a empujarlo, a pegarle y a hacer un boxeo bonito para venderme en Estados Unidos, pero me confié, y él pegó una mano que entró derechita y me caí mirando hacia adelante y mi pie hacia atrás”, contó Villarraga, invitado especial a BDC Podcast, que se emite las noches de lunes a viernes por nuestro canal de Facebook.
Pese a que era visible el dolor de Villarraga, que cuando se intentaba poner en pie este se doblaba, Méndez celebraba en su esquina de manera egoísta, casi burlándose de la situación de Villarraga.
“Fue muy grosero en ese momento porque antes de la pelea él tenía cosas contra mí. En el pesaje me hacía caras, siempre he sido muy respetuoso dentro y fuera del ring, porque esto es solo un deporte. Cuando me ganó fue grosero conmigo y mis promotores”, recordó.
La lesión ocurrió finalizando septiembre, pero ya en abril del siguiente año, Cesar Villarraga estaba subiendo a un ring para medirse ante el mexicano Hugo Padilla, a quien venció por decisión unánime.
Sin embargo, no todo fue color de rosas, puesto que Villarraga pasó a estar en la esquina roja, a subirse de segundo al cuadrilátero, a tener que luchar contra jueces y promotora debido a que la confianza ya no era la misma.
“Después de esa pelea las cosas cambiaron con mis promotores porque perdí. Ya los ojos no estaban a mi favor, pasé a un segundo plano. Me sentí abandonado”, lamentó. “Ya empecé a estar en la esquina roja y yo dije ‘ve, ¿y yo por qué estoy por acá? ¿no soy de la casa?’. Una pelea (contra Juan García Méndez en 2017) me la empataron y yo había ganado. Me llamaban un viernes para pelear un martes, yo decía que no. Me siguieron llamando a pelear, pero con tiempo reducido, un mes antes”.
Y así le fue cambiando la vida a Cesar Villarraga, una estrella que fue perdiendo su brillo. Pasó de tener un récord perfecto de ocho victorias en igual número de presentaciones a registrar cinco derrotas, un empate y solo un triunfo en sus siguientes combates.
No ha sido una carrera fácil para Villarraga, más si se tiene en cuenta que esa no fue la única lesión de gravedad que sufrió. Incluso, en la actualidad se encuentra fuera del ring por una molestia en su mano. Su último combate fue el 30 de junio de 2018 ante Maximilliano Becerra.
“En mi primera pelea me rompí el segundo metacarpiano y seguí boxeando, después me rompí el tobillo y seguí boxeando, me rompieron la costilla izquierda y seguí boxeando, pero esta es diferente. Estaba peleando con un muchacho más alto que bajaba las manos, intenté cruzarlo desde arriba hacia el mentón, pero no sé qué pasó y los cuatro metacarpianos subieron a la muñeca. Eso fue en el tercer round, en los otros me tocó boxear y marcar”, narró.
Pese a tantos inconvenientes, Cesar se niega a alejarse del boxeo, ese mismo que lo llevó hasta California con su familia. “Oro todos los días para volver a boxear. Me encanta correr y hacer saco”.
Para ello, el capitalino tiene programado una tercera cirugía en su mano a finales de 2020, esperando que a mitad de 2021 pueda subir nuevamente al ring, esta vez de la mano de su nuevo apoderado, Cesar García, quien también guía las carreras de Óscar Negrete y Brandon Valdés.
Por el momento, se sostiene en Norteamérica dando clases de boxeo personalizadas.
Por: Jeffry Almarales Nieto