El 10 de agosto de 2013, en el Centro de Convenciones Megapolis de Ciudad de Panamá en Panamá, Liliana Palmera se midió a Ogleidis Suárez, en una de las noches de boxeo femenino más intensas de la historia, donde ambas peleadoras dejaron todo en el ring para ser campeóna del mundo.
El cinturón de la AMB en los peso pluma estaba en juego en aquella velada. Fueron 12 asaltos emocionantes que terminaron dejaron a Suárez como la ganadora por decisión unánime, en otro duro golpe para Palmera, quien tiempo después tendría su revancha para cumplir su sueño de ser monarca orbital.
Una vida de grandes luchas ha tenido la nacida en Montería, que en esa visita a Ciudad de Panamá hace siete años, vivió un momento muy particular que se desliga totalmente de lo deportivo, pero evidencia una de las problemáticas que muchos boxeadores colombianos viven en el profesionalismo cuando son manejados por promotores llenos de avaricia, que ven a los peleadores como bancos de dinero para abultar sus bolsillos.
En entrevista con Boxeo de Colombia, Liliana recordó lo que ocurrió esa vez en el lobby del hotel donde se estaba hospedando en Ciudad de Panamá, donde recibió de manos de uno de los manejadores de la contienda, su porcentaje correspondiente de la bolsa de la reyerta, la cual, confesado por ella misma, fue la más alta de toda su carrera profesional, hasta el momento.
«Estaba caminando lo más tranquila cuando se me acerca uno de los manejadores de la pelea. Me dice que tiene mi dinero, el pago. Me da unos 10 mil dólares, ahí en el lobby del hotel, como si nada. Luego de eso me fui directamente a mi cuarto para guardar el dinero, porque sabía que no iba a estar seguro por mucho tiempo», afirmó.
El temor al cual se refería Liliana era a los dos promotores que le asesoraban en ese momento en su carrera, con quienes ya había tenido problemas anteriormente por un dinero que le habían pedido de su bolsa, cosa que no quería repetir en esta oportunidad, al haber trabajado, por cuenta propia, por cada dólar.
«Los señores fueron a lo habitación y comenzaron a tocar la puerta del cuarto. Yo no les abrí a pesar de la insistencia, porque sabía a lo que venían. Nunca les di el dinero. Ellos iban mal en el aeropuerto camino a Colombia, porque quieren ganar más que el peleador que deja todo en los entrenamientos. No se los permití y quedé muy feliz luego de eso», dijo.
¿Pero qué pasó cuando debió ir a la pelea? Un mito que se habló mucho de su pelea ante Suárez, fue que Liliana se llevó el dinero guardado entre sus prendas al ring, para asegurarse que los dos personajes no le fueran a quitar un solo centavo. Esa historia nunca se confirmó, pero gracias a la misma Palmera, logramos saber qué tan real fue esa versión.
«Nunca, nunca hice eso (dice entre risas). Por fortuna el hotel donde estaba tenía una caja fuerte, entonces allá fui a guardar mi plata. Solo yo sabía la contraseña, entonces estaba muy segura de ellos. Pero aclaro, al ring no subí con el dinero entre mis ropas», aseguró.
Así las cosas, Liliana Palmera logró evitar la codicia de sus promotores y regresó a su Montería con los 10 mil dólares intactos, los cuales ella gastó en elementos esenciales para su hogar. «Compré una moto que aún tengo. Compré varias cosas para la casa como una estufa, nevera, etc. La verdad invertí todo ese dinero en cosas importantes para familia, lo cual fue muy gratificante».
Siete años han pasado de esa historia. Hou Liliana tiene 37 años y ya supo cumplir su sueño de ser campeona del mundo, rótulo que quiere volver a tener en este 2020, donde espera pacientemente el llamado para su primera contienda de la temporada, la cual podría demarcar el camino hacia otra contienda de campeonato para ‘La Tigresa’.
Por: Redacción BDC