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La pelea «invisible» de la cartelera de Usyk vs Fury 2 en Riad: La piratería

El boxeo profesional se prepara para despedir el año con un espectacular evento el 21 de diciembre en Riad, Arabia Saudita. Una cartelera de alto calibre, donde el poder financiero saudí y las estrellas del ring prometen atraer la atención global. Sin embargo, más allá de los combates sobre el cuadrilátero, los organizadores enfrentarán otra batalla fuera de la arena: el reto de frenar la piratería.

Tras los alarmantes niveles de transmisiones ilegales durante peleas recientes, como la de Tyson Fury contra Oleksandr Usyk en mayo de 2024, las expectativas son claras: garantizar que los ingresos por derechos de transmisión no se vean drenados por millones de usuarios accediendo a la acción sin pagar.

La magnitud del problema

La piratería en eventos de boxeo de élite no es un fenómeno nuevo, pero ha alcanzado cifras preocupantes en los últimos años. En el caso de Fury vs. Usyk, se registraron más de 20 millones de visualizaciones ilegales a través de streams no autorizados, ocasionando pérdidas estimadas en 95 millones de euros. Este tipo de fuga financiera afecta directamente a los promotores, plataformas de transmisión y hasta a los boxeadores, que dependen de estas ganancias para mantener la industria a flote.

El evento del 21 de diciembre no solo representa una oportunidad para cerrar el año con broche de oro, sino también una prueba de fuego para los sistemas anti-piratería implementados por Arabia Saudita y las cadenas que transmiten la pelea.

La estrategia saudí contra el streaming ilegal

El país anfitrión, Arabia Saudita, ha hecho inversiones multimillonarias para establecerse como un epicentro de grandes eventos deportivos. Por ello, proteger su inversión es una prioridad. En esta ocasión, se espera la implementación de tecnologías de vigilancia en tiempo real y una colaboración más estrecha con proveedores de servicios de internet (ISP) a nivel mundial.

Estas tecnologías permiten identificar rápidamente enlaces sospechosos y bloquear el acceso a streams ilegales en plena emisión. A su vez, las plataformas de transmisión legal, como DAZN han reforzado sus propios sistemas de seguridad y han comenzado a rastrear y reportar a usuarios que comparten enlaces piratas en redes sociales.

El combate en Riad, por lo tanto, es mucho más que una noche de pugilismo: es una declaración de intención de un deporte que lucha por mantenerse en pie frente a los retos digitales del siglo XXI.

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