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Leonel Mercado, el árbitro que salva vidas dentro y fuera del ring

Sonriente pero a la vez pensativo luce Leonel Mercado en su casa en el barrio San Salvador, de Barranquilla, al responder el interrogante de Boxeo De Colombia sobre sus inicios en el arte de fistianas. “Me gusta el boxeo desde el año 82, comencé en la liga de boxeo del Atlántico, pasaba por el Coliseo e iba a las reuniones que hacia la Liga y las veía”.

Mercado (1)Sus gustos por el boxeo no fueron ninguna sorpresa en su familia, pues es una actividad que ha trascendido a través de las generaciones, ya que fue criado en el núcleo de una familia de personas que dedicaron su vida a esta actividad, entre ellos el también árbitro Milton Mercado. Sus hermanos Rubén y Hermes fueron boxeadores y Álvaro Del Cristo Mercado es hoy por hoy entrenador de la empresa promotora Cuadrilátero. Álvaro también participó en los Juegos Olímpicos de 1984 realizados en Los Ángeles, incluso llegando a disputar un título mundial.

Aunque Leonel Mercado nunca fue luchador, siempre estuvo ligado al pugilismo, perteneciendo a la parte administrativa, hasta que en 1998 se realizaron cambios en la junta directiva de la Liga de Boxeo del  Atlántico.

“Siempre organicé eventos, pero con las modificaciones fui seleccionado por Estewil Quesada para ser directivo de la liga de hockey y patinaje, pero durante una estadía en Estados Unidos me dije que tenía que volver a estar vinculado al boxeo, y en ocasiones actuaba como juez amateur porque algunos colegas no iban”.

Con pequeñas incursiones la carrera de este réferi comenzó a tomar color aprovechando un curso de arbitraje que se abrió teniendo en cuenta la escasez de éstos, pues muchos habían envejecido.

A pesar de todo, este administrador de empresas egresado de la Universidad del Atlántico reconoce que  “la remuneración es casi nula, y quien pretende llegar acá y decir que va a vivir de esto miente, y cuando se dan cuenta de la verdad se terminan retirando. Casi todos somos profesionales en otras carreras y esto lo tomamos como un hobby”.

Muchos jóvenes se han interesado en este oficio, pero según Mercado Fernández, “asisten una o dos veces, pero cuando se dan cuenta que no hay plata, no vienen más”. Por estas razones decidió comenzar con el negocio de la comercialización de salvavidas y motores fuera de borda, creando su propia empresa, y así poder respirar tranquilo en la vejez.

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 “Yo fabrico salvavidas. Las personas deben colocárselo al abordar una lancha, al momento de caer al agua el chaleco salvavidas rescata a esa persona y en el ring cuando veo que el boxeador no da más debo salvarlo, porque para mí es más importante decir a mis amigos y familia que intervine para impedir que un muchacho no estuviera en una clínica, sino luchando para sacar adelante a su familia”, señaló Mercado.

Este juez ha vivido 17 años de manera activa en el arbitraje, por eso pasea su mirada por todas las fotos de su oficina, en donde combina boxeo con marinería, para traer al presente el recuerdo más significativo de su carrera deportiva, hasta que con una sonrisa picaresca piensa “en la pelea de ‘Mambaco’ Pacheco contra el guyanés León Moore. En la decisión decían que había parcialidad, me llamaron mucho. Perea decía que ese ‘árbitrico’  de donde había salido, pero nosotros sabemos que debemos trabajar con ética, moral e imparcialidad”.

Actualmente Mercado es padre de dos hijas, una fisioterapeuta y otra estudiante de relaciones internacionales, y de un varón, quien se dedicó a la ingeniería industrial, además de ser abuelo por partida doble.

Aunque ninguno de sus progenitores se ha dedicado a la actividad boxística, todos lo apoyan en su decisión, “desde que lo conocí esa es su pasión, lo da todo, me parece bien, siempre que puedo lo acompaño, antes lo hacía más, pero ahora debo dedicarme a la heladería que montamos”,  aseguró Fina Gutiérrez, su esposa.

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A parte de sus actividades comunes, Mercado se declara amante del agua, del perro que tiene como mascota y de salir a caminar en las mañanas, pero la que más disfruta es estar en “la esquina de la democracia”, como han bautizado la terraza de su casa: “Aquí llegan muchas personas y se colocan en la sombra del palo de mango, hablamos de fútbol, de boxeo y hasta de política, pero nunca hay una sola pelea, todos salimos contentos”.

Aunque parece ser un hombre muy ocupado, Leonel también dedica tiempo a la fundación “Tu mano amiga”, de la cual es socio, ayudando a personas vulnerables con la donación de sillas de ruedas y bastones, además de conseguir becas de estudio para niños de escasos recursos.

Cuando ya nos disponíamos a salir de su vivienda este réferi de 51 años confesó que después de su retiro le gustaría dedicarse a ser comentarista de boxeo, y sí que tiene la propiedad para hacerlo.

Por: Jeffry Almarales Nieto

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