Víctor Orozco es un hombre que, desde que posee uso de razón, tiene claro que su deporte preferido es el boxeo. Durante su juventud fue testigo directo de la que él llama “la época dorada del pugilismo colombiano”, la cual estuvo entre la década de los años 70 y 80.
Desde niño, Orozco se acostumbró a ver veladas de este deporte junto a su padre, quien “llevaba los periódicos y yo los leía, escuchábamos juntos los comentarios radiales, a él también le gustaba el boxeo. Había peleas que presentaban, yo estaba muy pequeño, pero él me llevaba. Íbamos a otras casas a vernos los combates internacionales, en esos tiempos la televisión era a blanco y negro”, recuerda de manera nostálgica este hombre, mientras nos concedía la entrevista en las instalaciones de la notaría octava de Barranquilla, lugar en donde labora actualmente.
Los gustos de Víctor por el boxeo no se conformaban con ser solamente un espectador: él quería ser reconocido, deseaba unirse más a esta disciplina deportiva. “Por mi casa, un entrenador llegó y montó el gimnasio “puños criollos” en un terreno baldío y me invitó. En 1982 intenté ser boxeador, era muy joven, aun así no me fue posible. Entrené durante 3 meses, hacía guanteo pero como exhibición, hasta que un día me di durísimo con un señor y salí con un ojo verde. No sabía cómo llegar a la casa, porque mi mamá creía que yo iba al gimnasio a recrearme. A mi papá no le gustó, y me dijo que si me volvía a ver ahí me iba a pegar”. Posteriormente, Orozco se retiró de la parte activa del boxeo, pero no desistió a seguir ligado a esta actividad física, desarrollando roles de entrenador.
Eran casi las 2:30 p.m., las personas comenzaban a llegar en gran medida al recinto. Para que el ruido no perjudicara la entrevista, decidí pausarla y pedirle a nuestro invitado movernos un poco. Orozco charló con el vigilante del lugar, quien amablemente accedió a brindarnos un espacio exclusivo, en donde podíamos platicar cómodamente.
Una vez reubicados, conversamos sobre su decisión de ser parte del Colegio de Jueces y Árbitros del Atlántico. “En el 2007 se me brindó la oportunidad por parte del ingeniero René Pantoja de Marchena, de pertenecer a este equipo. René me veía en todas partes y me dijo que gente como yo era la que había que reclutar para el boxeo, personas que le gustara esto, porque aquí no se consigue nada, ni utilidades, ni viajes. No estoy aquí por el dinero, sino porque esto me gusta. Llegué al boxeo a realizarme como persona”.
Durante estos 8 años en el arbitraje, Orozco ha vivido experiencias inolvidables, pero sin duda la primera vez en cada actividad jamás será olvidada. “Fue una pelea a 4 asaltos. Me monté por primera vez al ring a vivir una lucha. Estaba muy nervioso e inseguro. Fue un pánico escénico al saber que 300 personas observaban mi trabajo. Le rogaba a Dios porque ese combate terminara”, recordó en medio de carcajadas.
Las personas que necesitaban algún servicio en la notaria llegaban y veían la entrevista, incluso, todos sus compañeros de trabajo quedaron admirados al saber que el entrevistado era Víctor Orozco, un amable y humilde caballero, que siempre mantiene una sonrisa en su rostro, a quien por su poco tiempo de estar trabajando en el lugar, no conocen muy a fondo. Más de un curioso se acercó al fotógrafo de Boxeo de Colombia y le preguntó: “¿Por qué lo entrevistan a él?”, la sorpresa era el común denominador de todos, al saber que su compañero se desempaña como réferi de boxeo.
Orozco es egresado del colegio José Eusebio Caro, de Barranquilla. Pero por su dura situación económica no pudo desarrollar ningún estudio profesional. “Por la necesidad apremiante de mi casa, pues somos 5 hermanos, y por el mal estado de salud de mi padre, me dediqué a trabajar. Mi madre realizaba oficios varios en la casa de un señor de la empresa de textiles, Vanylon, ella le pidió que me diera un espacio en su compañía y gracias a Dios me dieron la oportunidad, yo trabajaba en la sección de bodega. En las noches iba a estudiar, pero cursos cortos. Siempre quise ser ingeniero civil para seguirle los pasos a mi papá, él era albañil”, resuena Orozco con un gran brillo en sus ojos, que mostraban melancolía, pero también un gran orgullo y aprecio hacía su progenitor.
El boxeo para este hombre de 50 años no es sólo un hobby, pues significó su puerta de entrada a su actual trabajo en la notaria octava de Barranquilla. “En las veladas conocí al notario Jaime Horta, un huilense que le gusta el boxeo, y yo lo mantenía enterado con las fechas de los pleitos, y él se sintió muy agradecido. Hicimos una buena amistad, y un día le pedí la vinculación a la notaria, me llamó a prueba y estuve con él dos años, me retiré y me fui a los Estados Unidos. Volví y ahora tengo 6 meses”.
Orozco se autodenomina como un “todero”; realiza mensajería, imprime copias, lleva razones y hasta ilustra a las personas en la realización de procesos notariales. Aun así esto no le es suficiente. “Voy a Estados Unidos a rebuscarme, he trabajado en construcciones, en bodega, en oficios varios y lavadero de carros”.
En uno de sus tantos viajes a Miami, Víctor encontró el amor de su vida. Conoció en Norteamérica a una mujer de nacionalidad dominicana, con la que mantiene una relación de 1 año y 10 meses. “Es difícil, yo viajo a Estados Unidos cada 6 meses y duro 90 días. Cuando no estoy allá nos llamamos o hablamos por medio de Facebook y WhatsApp”. Además de reconocer estar pensando en casarse y “tener el primer hijo”.
Víctor Orozco actualmente vive en el barrio San Luis, en el suroccidente de la ciudad, en compañía de dos de sus hermanos y varios sobrinos, en una vivienda que guarda como la herencia de su padre.
Víctor, quien se declara amante del inglés, idioma que desea estudiar, es simpatizante de la literatura con alto contenido político, y del atletismo, deporte que practica para mantenerse en forma.
El sueño deportivo de este referí es llegar a las grandes veladas y hacer que Colombia no sólo sea reconocida por los buenos boxeadores, sino también por su alto nivel arbitral. “sería bueno ser representados por réferis en peleas taquilleras”.
Por: Jeffry Almarales Nieto / @JeffryAlmarales