En horas de la mañana del domingo, 9 de octubre, falleció el excampeón de peso superligero Aaron Pryor a los 61 años de edad.
La causa de la muerte de Pryor, quien fue incluido en el Salón de la Fama en 1996, fueron complicaciones cardíacas con las que luchaba hace algunos años.
Pryor desde su nacimiento el 20 de octubre 1955 en Cincinnati, supo que su vida no se encontraba en el timón de un bus – labor que sí realizó su madre – sino que estaba ligada al deporte.
Sin embargo, Pryor tardó para encontrar su talento. En las carreras llegaba de último, fracturó sus dos piernas en fútbol americano y sus 168 centímetros de estatura no le permitían ser buen jugador de baloncesto.
Fue así como a los 11 años llegó al boxeo, siendo una de las promesas más grandes en el peso pluma en Estados Unidos, ganando el título Nacional de la AAU y Guantes de Oro Nacional.
Todo marchaba bien para Pryor hasta que llegaron las eliminatorias para las Olimpiadas de 1976, cuando el peleador sufrió una dura derrota ante Howard Davis Jr. y regresó a Cincinnati desanimado, donde realizó oficios de poca paga para mantener a su esposa, de quien se separó tres años más tarde.
La vida lo volvió a enfrentar con Howard Davis, pero esta vez como su sparring, actividad por la cual devengaba un sueldo de U$ 300 dólares a la semana. Luego de algún tiempo, Pryor volvió a tomar confianza y fue firmado por Boddy LaRosa y fue así como el 12 de noviembre 1976, debutó profesionalmente sin mucha publicidad contra Larry Smith. Al siguiente año peleó ocho veces, ganándolas todas, y seis de ellas antes del límite.
Su estilo alocado comenzó a ganar adeptos y la gente lo seguía en cada una de sus presentaciones, incluso llegó a ser nombrado el novato del año.
En 1979, su carrera daría un salto tremendo al conseguir seis triunfos importantes y quizás poco esperados: noqueó a Johnny Copeland en el séptimo, a Norman Goins en el noveno, a Stephen Herranz en el tercero, a Al Ford en el tercero, a José Fernández en el primero y al panameño ex campeón mundial welter Jr. Pepermint Frazer en quinto round.
“Muchas veces me frustré y pensé en retirarme del boxeo, viendo que a otros a los que yo les ganaba le daban oportunidades de título y a mí me apartaban”, dijo Pryor en su momento.
Después de sostener algunas peleas en la categoría de las 135 los rivales para Pryor desaparecieron, y no porque no los hubiera, sino porque nadie quería enfrentarlo, ni siquiera los campeones del momento.
Fue así como Pryor debió saltar a las 140 libras, ahí comenzó a limpiar la categoría y nuevamente, como por arte de magia, los rivales escasearon, pero hubo uno que no huyó y le puso el pecho: el colombiano Antonio Cervantes, mejor conocido como ‘Kid Pambelé’.
Al parecer, el manejador del ‘cafetero’, Ramiro Machado, no conocía de la existencia de Pryor, porque firmó un contrato de inmediato por cien mil dólares, para la que sería la séptima defensa de ‘Pambelé’, cuando éste ya tenía 40 años.
En la pelea Pryor fue una verdadera bestia, más cuando Cervantes lo derrumbó en el segundo round. Con el orgullo herido el estadounidense se levantó y demolió a golpes al colombiano, que literalmente se tiró en el cuarto round, pues los golpes de Pryor no lo tocaron, pero el castigo que había recibido anteriormente era más que suficiente.
Se dice, por parte de residentes de Cincinatti cercanos a la casa de Cervantes, que el ‘criollo’ había rumbeado toda la noche pasada, quizás desconociendo el poderío de su rival. Desde esa derrota ‘Pambelé’ no fue el mismo, atravesando por los múltiples problemas que hoy se conocen de su vida personal.
Pryor se convirtió en una súper estrella y dejó en el camino a rivales como Lennox Blackmoore, Dujuan Johnson, Akio Kameda, Alexis Arguello, Sang Hyun Kim, entre otros temibles adversarios, hasta que perdió su invicto con el estadounidense Bobby Joe Young el 8 de agosto de 1987.
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Pryor también desordenó su vida y se retiró del boxeo en diciembre de 1990, venciendo por nocaut a Roger Choate. Sin embargo, sostendría una última pelea, en la que fue noqueado por las drogas.
Por: Redacción BDC – Foto: Cortesía
