El campeón mundial argentino de las 154 libras Brian Carlos Castaño sigue prevenido con relación a que la pelea de mañana ante el monarca unificado de la misma categoría Jemell Charlo llegue al punto de decisión de los jueces, todos americanos, pero es consiente que al menos Charlo no está en su estado natal, donde sí estuvo en la primera pelea de julio del año pasado y recibió, desde su punto de vista, «una ayudita» de los oficiales del ring.
Castaño, de 32 años, se enfoca en poder terminar la reyerta antes del límite o sumar una buena cantidad de asaltos claros de manera que no quepan dudas de su victoria ante el crédito de Louisiana que sigue reclamando la victoria en el primer choque.
«Voy a tratar de tumbarlo o ganar una buena cantidad de asaltos bien claros de manera que no haya la más mínima duda de mi victoria», dijo el natural de Isidro Casanova en el Gran Buenos Aires.
El suramericano restó importancia a los gritos de Charlo durante la rueda de prensa de ayer en lo que argumentó que el duelo es un asunto de países, tratando de exacerbar los ánimos nacionalistas entre los presentes a la cita con los medios de comunicación dentro de quienes se encontraba una buena delegación argentina que acompañó a Castaño.