Por: Francisco Figueroa Turcios
Los hermanos Prudencio y Ricardo Cardona Cáceres tienen un logro hasta ahora no comparable en el boxeo de Colombia y suramericano: ambos son campeones mundiales. Ricardo fue campeón mundial ‘Súper gallo’ el 7 de mayo de 1978, en Seúl (Corea). Cuatro años más tarde, el 20 de marzo de 1982, Prudencio Cardona obtuvo el título mundial ‘Mosca’ en Tampico (México).
El reinado como campeón mundial de Ricardo fue sólido, todo lo contrario al de su hermano, Prudencio, que fue efímero. Ricardo defendió su título cinco veces: dos veces en Corea del Sur, dos en Colombia y una en Japón. Hasta el 4 de mayo de 1980, que lo perdió en Seatle, Estados Unidos, ante Leo Randolph, por KO en el round 15. Intentó luego reconquistar el título el 15 de agosto de 1981, en el Luna Park de Buenos Aires, ante el argentino Sergio Víctor Palma, quien lo derrotó por nocaut en 12 asaltos.
Prudencio solo duró cuatro meses con el título mundial ya que lo perdió en Mérida (México) frente al mexicano Freddy Castillo por decisión en 15 rounds, el 24 de Julio de 1982.
Micaela Caceres Cassiani se constituye en la única mujer en Colombia y Suramerica en parir dos campeones mundiales: los hermanos Ricardo y Prudencio Cardona. Siete madres en el mundo han tenido ese privilegio: en ese listado está Micaela.
Parkinson y el Alzheimer
Estas enfermedades tienen contra las cuerdas al ex-campeón mundial, Prudencio Cardona, y hoy enfrenta este duro y definitivo combate para pagarles por el KO. Ricardo y Prudencio son dos hermanos inseparables, son dos amigos donde no hay secretos, así lo hacen desde que tienen uso de razón.
En el final de su carrera, Prudencio se radicó en Estados Unidos y realizó siete combates que perdió en línea: 3 en Miami, uno en Tijuana (México), San Juan (Puerto Rico), Nassau (Bahamas) y Madrid (España). El 27 de junio de 1992 cuelga los guantes al perder por KO en el 4 asalto ante el el norteamericano Darryl Pickney en Miami.
Hoy Ricardo reconoce que su hermano en el ocaso de su carrera peleaba para “rebuscarse”. Y lo hacía sin tener la preparación para cada combate. “Sin duda que fue fatal, porque ya Prudencio no tenía las mismas condiciones ni física, ni mentales, de allí que los resultados de los combates no fueron exitosos. Hoy los resultados son fatales, por cuanto el Parkinson y el Alzheimer son productos de esos golpes”.
Ricardo es muy sensible y más cuando habla de las dos enfermedades que tienen al borde del KO a su hermano, por lo que no contiene el llanto. Lo hace en una forma desgarradora, que le parte el alma a cualquiera. En su mente aún preserva las imágenes de cuando su hermano regresó hace dos años de Estados Unidos, con principios de Parkinson y el Alzheimer, contrastando con la energía de cuando Prudencio se marchó a Miami.
Yo consumí marihuana, mi hermano no
Sentado en el piso de la puerta de su casa, y mientras tras acaricia a su mascota, la perra Tacha, Ricardo realiza confesiones al portal Lachachara.co y hace parangones con su hermano.
“Yo consumí marihuana desde muy joven cuando vivía en el barrio Bajo Valle, aquí en Barranquilla”, detiene su relato por cuanto el llanto lo vuelve a invadir. Y continúa: “Lloro de la tristeza porque lo hice por debilidad debido a que tenía problemas y pensé que tomando el camino de la droga podía ayudarme. Me di cuenta que cada día me iba haciendo más daño. Yo soy amante a mirarme en el espejo, y cuando vi mi rostro me sorprendí al ver mi deterioro”.
Ricardo se detiene nuevamente, esta vez no lloró, sino que se queda unos segundos pensativo y revela: “cuando consumía marihuana, el efecto que me producía era unas ansias de matar a mi hermano Prudencio. Cuando tomé el cuchillo para matarlo, reaccioné y me dije: ‘eche, ¿voy a matar a mi propio hermano?’. Allí yo vencí al diablo, sino mi hermano Prudencio estuviera muerto y ninguno de los dos habríamos sido campeones mundiales”.
Tacha es ahora la que le interrumpe un momento el relato, porque ella quiere que la continúe acariciando su amo.
“Yo no tenía secretos con mi hermano y le confesé mi adicción a la marihuana y el pasaje de quererlo matar. Él, como hermano mayor, me reprendió y me dijo que ‘si continuaba en el mundo de la droga sería la oveja negra de la familia’, esa frase me hizo reaccionar y alejarme del consumo de marihuana. Mi hermano Prudencio nunca ha consumido droga. Eso sí, le gusta el licor. Ahora que está enfermo, siempre que lo visito lo primero que me dice es: ‘hermano, hoy sí me vas a invitar a tomar unas cervezas. Todavía tiene esa obsesión’”.
Tanto Ricardo como Prudencio Cardona disfrutan de la pensión que otorga Coldeportes a las glorias del Deporte Colombiano. La pensión de Ricardo según relata él no tuvo contratiempos, pero si le tocó luchar para que le reconocieran la de su hermano. Andrés Botero, director de Coldeportes, aseguró que “Prudencio reunió todas las características para ser cubierto con el apoyo del Estado y más en sus condiciones de salud”. Periódicamente un grupo inter-disciplinario de Coldeportes viaja de Bogotá a verificar la salud de Prudencio Cardona.
Desde hace 10 años Ricardo Cardona no consume marihuana, ni toma licor. Hoy acompaña a su hermano Prudencio a dar la pelea a dos duros y casi imbatibles contrincantes: el Parkinson y el Alzheimer.