Con un categórico triunfo, Eleider Álvarez destronó a Sergey Kovalev, quien era considerado el mejor campeón semipesado del momento, y se convirtió en nuevo monarca de la OMB y la AIB.
La primera caída del ruso, cuando al séptimo round aún le faltaba un minuto, levantó a todo el público presente en el Hard Rock Cafe and Casino de Atlantic City, incluso, la misma esquina del colombiano arengaba al sentir el campeonato tan cerca.
“Esa mano la venía practicando hace rato en el campo de entrenamiento y salió en el mejor momento”, comentó Álvarez a Boxeo de Colombia.
Sin embargo, con mucha inteligencia y sin dejarse contagiar de la algarabía del escenario, Eleider demostró madurez para nuevamente calibrar a Kovalev y, al igual que la primera vez, con un tremendo cruzado de derecha lo mandó a la lona.
“El árbitro lo estaba ayudando, pero yo sabía que él iba a salir porque tambaleó muy poco. Pero yo sabía que había que rematarlo, no podía dejarlo vivo, a un ‘man’ de esos peligrosos no puedo dejarlo vivo”, aseveró.
Cuando Eleider tumbó a Kovalev por tercera vez, el réferi le puso definitivamente fin a las acciones. La celebración fue a rabiar y las lágrimas no se hicieron esperar en el rostro de Eleider.
No obstante, en su vestuario, con cabeza fría, Eleider reconoció errores que tuvo en el transcurso del combate, como el del cuarto asalto, donde herido en su orgullo por un par de manos que recibió salió a chocar en el cuerpo a cuerpo con el europeo, exponiéndose a un nocaut prematuro.
“Le sentí las manos. Fue algo estúpido que hice en ese round. Pegarme al cuerpo a cuerpo, recibir sus golpes, fue un error. Sabía que se iba desgastar pegando, pero si me hubiera agarrado con una seca a estuviéramos hablando de otra cosa. Pega duro”.
Ahora, Eleider piensa en su futuro. Dmitry Bivol le hace guiños, pero también está la cláusula de revancha con Kovalev.
Por: Redacción BDC – Vídeo: Marco Pérez / Mpsportimages.com
