Ramiro Cañas Guerra y Marco Pérez
“Allá en la entrada del pueblo hay una paloma de pluma blanca y como dicen por ahí, que no sale de su casa”
La estrofa de Paloma de pluma blanca, una de las últimas composiciones de Diomedes Díaz, no le aplica a Juan Urango (24 victorias, tres derrotas, 19 nocauts, un empate).
Urango, quien más bien parece un gavilán por su envergadura, permaneció sin despegar vuelo de su natal Las Palomas, corregimiento de Montería, ubicado a 62 kilómetros de la capital de Córdoba.
El gavilán de Las Palomas aterrizó este jueves en Miami después de 5 años de suplicio en su tierra, que, aunque acogedora, no era la plataforma para volar alto en el boxeo orbital, por eso partió a Estados Unidos.
Agobiado por las deudas, y, con condiciones para hacer carrera, partió. Pero su llegada no fue sencilla.
Lo retuvieron en Barranquilla, las autoridades migratorias consideraban sospechoso que, siendo residente en Estados Unidos, se haya ausentado tanto tiempo de casa.
“ Llegamos a Miami y fue el mismo cuento, les expliqué que me ausenté por problemas familiares. A las 2 de la tarde me mandaron para un cuarto en donde estuve desde las 2 de la tarde hasta las 12 de la noche”.
En ese lapso pensó que estaba deportado, “no veré mas Estados Unidos, dije yo. Me llamaron después y me dijeron que tenía que ir a la corte, a proceso y ya. Se dieron las cosas que es lo más importante”.
Ahora está con ganas de volver a la gloria, la cual conquistó justo este 31 de enero hace 6 años con el título mundial de peso ligero de la FIB.
“Me veo y todavía no lo creo”, sentenció un emocionado Urango, a quien la mente le juega una mala pasada, “a las 6 de la mañana me levanté disque a echarle maíz a los pollos y a las gallinas”.
Twitter:@raminews @boxeodecoombia