El ucraniano Oleksandr Usyk se volvió a acreditar una victoria en una revancha en camino de convertirse en el mejor peso pesado de la actualidad del pugilismo mundial y de nuevo ante un pegador icónico del boxeo británico, Tyson Fury, al superarlo por la vía de los puntos de manera unánime 116-112 (3) y mantener ceñidas a sus lomos las fajas de la AMB, CMB y OMB.
Un agresivo Usyk a cada sonar del campanazo inicial, sumando su velocidad de manos y golpes efectivos llenaron la retina de los tres jurados que no le dieron espacio a la polémica: Gerardo Martínez, Patrick Morley e Ignacio Robles fueron unánimes a la hora de calificar. La que desentonó un poco fue la inteligencia artificial que se sumó por primera vez en la historia del boxeo para juzgar una pelea, acreditando una victoria más amplia a Usyk por 118 a 112.
Lo mejor del inglés fue esporádico, por momentos muy específicos sin ser el peleador consistente que se requería para poder vencer a un monarca más parejo como lo mostró el ucraniano. Solo por allá a la altura del noveno capítulo fue que se le vio un trabajo con fundamentio al «Rey de los Gitanos» a partir del amarre y de una agresividad por cuotas que le valieron el diez en un par de asaltos en la zona de los «asaltos de campeonato».
Aunque en comparación a la del mes de mayo, Fury ajustó un poco más su plan de allí lo menos distante el boxeo y la estrategia de uno con otro, pero insuficiente.
El resto de buenos golpes de Fury llegaron por pasajes en especial los uppercuts y cuando caminaba a su izquierda alejándose de la mano de poder de Usyk que fue un poco más efectivo.
Si bien los números le dan una amplia ventaja al campeón vigente a juicio de muchos lució más cerrada que la del mes de mayo de este año.
De esta manera el natural de Crimea debe adueñarse de la parte más alta del listado de los mejores libras por libra después de dos lograr convertirse en el indiscutido en mayo con las cuatro coronas en juego y ahora en su primera defensa ratificándose como el rey unificado de la máxima categoría.