Un reflexivo Miguel Marriaga pasó la medianoche neoyorquina reeditando lo que ocurrió la noche de pasado sábado después de caer por una gran diferencia en las tarjetas ante el jamaiquino Nicholas Walters en una confrontación en la que solo el colombiano podía ganar la corona de los plumas de la AMB al perderlo Walters en la romana un día antes.
Marriaga, de 28 años, consideró que fue muy cauteloso ante el poder del ex campeón sabiendo que este subió al ensogado con más de 7 kilos de diferencia.
El arjonero negó haberse quedado paralizado y entregarle por completo la iniciativa a su rival por temor a sufrir un nocaut.
“Me cuidé de sus volados de derecha. Cuando llegamos al combate, él llegó pesando 67 kilos ante 61 que di en la báscula. Hubo una ventaja notoria, eso lo sabía antes de llegar al ring, por eso fue que vieron al Marriaga cuidadoso de no dejarse impactar con los puños de Walters. Aunque también yo le puse algunas buenas manos a su humanidad”, expresó el pegador que perdió su condición de invicto.
Precisamente, uno de los golpes favoritos de Miguel Marriaga y la razón por la que lleva el remoquete de ‘Escorpión’, es saber asestar el gancho de izquierda a la zona media de sus contrincantes, pero esa fundamental arma nunca apareció.
“Sí le mandé algunos, pero creo que él supo cuidarse muy bien de ellos. Simplemente las cosas no se dieron, me preparé muy bien como tampoco todo se acaba aquí. Voy a seguir adelante y no desistiré de buscar ese título para mi país y para mi familia”, declaró.
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