Más de 5.000 kilómetros separan al municipio de Soledad en Colombia y la ciudad de Los Ángeles en el sur de California. Esa es la distancia que separa a Brandon Valdés de su tierra natal y de sus familiares en tiempos de cuarentena, con las fronteras a nivel mundial cerradas.
“Es duro porque uno siempre quiere estar con la familia, porque es ella la que está para uno cuando se siente mal, pero si quiero conseguir grandes cosas debo tomar todos los riesgos. Todo esfuerzo tiene su sacrificio. Ha sido normal para mí, porque soy un peleador disciplinado, que no le gusta la calle. A mí se me ha hecho algo normal”, dijo Valdés a Boxeo de Colombia Podcast, que se emite de lunes a viernes en las noches por nuestro canal de Facebook.
Su propio testimonio de vida, en el barrio Villa del Carmen en el municipio de Soledad, es el mayor motivante. Valdés creció en una zona con problemas sociales, los cuales superó y de los que quiere seguir alejándose, incluso separando a sus familiares de la delincuencia, camino en los estuvieron cuando las necesidades económicas los agobiaron. Además, en Los Ángeles ha conseguido el afecto de “una segunda familia”, como lo son el de su compatriota y colega Óscar Negrete y el de la familia de su manejador Cesar García e ingresos financieros en sus tiempos libres.
“Son mi segunda familia, me han acogido bien y siempre están pendientes de mí. Es la hora y Oscar todavía sigue dándome consejos. Yo soy disciplinado, pero Óscar es otra cosa”, reconoció el peleador de 21 años de edad. “También quien me cocina para mi dieta me dice los fines de semana que lo vaya a ayudar cocinando a su restaurante los fines de semana y me gano 100 dólares”.
Por lo anterior, el colombiano pasa su tiempo cocinando sus platillos favoritos o actualizando sus redes sociales, dos de sus actividades favoritas.
Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, pues Valdés se encuentra en territorio estadounidense desde el pasado 25 de enero, cuando comenzó un nuevo campamento. Ello lo hace apetecible para las promotoras que pretenden reactivar el boxeo a puertas cerradas inicialmente con prospectos.
Por ello, a Brandon se le abren las puertas del gimnasio de manera exclusiva en Los Ángeles, junto con los entrenadores Manny Robles, Edgar Jasso y Matías Erbín.
“Estoy entrenando solo en el gimnasio, tratando de cuidarnos mucho, tomando las mejores medidas de seguridad para no tener inconvenientes”, contó.
Dicha pelea será en el marco de una cartelera de PBC ante el dominicano Ranfis Javier Encarnación (17-0, 13 KOs), en Las Vegas, en una fecha por definir, pero que será entre junio o julio. El combate se firmó en el peso pluma a ocho asaltos.
“Decidimos subir a 126 libras porque el peso súper gallo me estaba molestando para darlo. Me tocaba bajar mucho. Me siento bien. Mi cuerpo se ha desarrollado mucho”, señaló.
También explicó que desde la Comisión Atlética del Estado de Nevada y la promotora recomendaron medidas sanitarias para evitar contagio de la pandemia del COVID-19.
“Debemos llegar una semana antes y después de ahí no podemos salir del cuarto, incluso el pesaje es en el cuarto, no saldremos hasta el día de la pelea”, manifestó el deportista, quien solo podrá viajar acompañado de su cuerpo técnico.
Valdés también aprovechó la oportunidad para demostrar que ya está en la órbita de las grandes peleas, pues recibió la propuesta para combatir ante el doble medallista olímpico y campeón mundial de dos divisiones, el cubano Guillermo Rigondeaux, pero la oferta se declinó pues el colombiano estaba de vacaciones en su país.
“Sé que me hace falta, pero siento que soy un peleador que tiene muchas habilidades para llegar a ser grande en el boxeo. Si esa oportunidad se me hubiera dado la hubiera cogido sin pensarlo. En el boxeo no hay nada escrito. Hubiese sido una gran pelea. Mi entrenador me lo dice y yo veo que tengo mucho para ser grande”, cerró.
Por: Jeffry Almarales Nieto