Un boxeador de peso ligero de Atlanta, que estaba entrenando para su primer combate profesional, fue asesinado a balazos cuando regresaba a casa de un supermercado en el noroeste de la ciudad.
Michael Robinson, de 30 años, murió de un disparo en el estómago. Su asaltante robó las pertenencias que la víctima traía consigo.
Su madre, Kathy Truly, quien pide justicia por el fatal hecho, aseguró que los homicidas se equivocaron de persona, ya que su hijo era una persona tranquila y de buen corazón.
«Él leía su Biblia todos los días, tomaba su Biblia para los combates de boxeo y oraba con todos antes de ir al ring. Tal vez fue un error, sólo querían robarle, pero de verdad, tienen que presentarse para obtener justicia para mi hijo, para hacer la paz».
Truly aseguró que su hija desarrollaba una labor social con los jóvenes, para que éstos se mantuvieran fuera de los vicios.
«Él se dedicó a mantener a los niños fuera de las calles, mostrándoles cómo boxear. Él patrocinaba a una niña en África. Él estaba tratando de conseguir que todos patrocinaran a los niños pequeños».
La Policía estadounidense reveló un vídeo de varios jóvenes a las afueras del supermercado. Se continúa estudiando la identidad de esas personas. Una fundación de boxeo local está otorgando una recompensa a quienes suministren información que dé con la captura de los implicados.
Por: Redacción BDC Internacional
