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«Morrell no es boxeador de gimnasio, aparece cuando toca»: Ronnie Shields

Ronnie Shields, un veterano con décadas de experiencia, emerge como el cerebro detrás del desafío de David Morrell Jr. ante David Benavídez. Sus declaraciones irradian una confianza inquebrantable y una estrategia meticulosamente elaborada, que buscan silenciar a los escépticos y coronar a su pupilo como el nuevo rey de la división.

«Los entrenadores ganan peleas todo el tiempo,» afirmó Shields con la autoridad de quien ha visto todo en el boxeo. «He estado haciendo esto durante mucho tiempo, así que a menudo me desafío a mí mismo para ver si puedo vencer a todos. Tengo pasión por hacer esto.» Esta declaración no es una simple bravuconada, sino un manifiesto de su compromiso y de su creencia en su capacidad para llevar a Morrell a la victoria.

Shields no solo confía en su propia habilidad, sino que destaca el instinto y la determinación de su pupilo. «Tengo mucha confianza en esta pelea porque sé lo que (Morrell) puede hacer y él sabe lo que puede hacer. Ya sabes, en el gimnasio tengo peleadores puros de gimnasio, chicos que se ven muy bien allí. Morrell definitivamente no es un peleador de gimnasio. Aparece cuando es el momento de pelear, y eso es lo que uno quiere.».

«Ven que mi chico solo tiene 11 peleas y saben que Benavidez tiene 16 más, y piensan que Benavidez debe ser mucho mejor,» reconoció Shields. Sin embargo, él da la vuelta a la narrativa: «Pero si lo reviertes y lo miras como, «¿Por qué el chico con 11 peleas pelea con el chico con 27 peleas?», es porque sabemos. Él está listo.» La confianza en la preparación y el talento de Morrell es el fundamento de su apuesta.

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Benavídez revela parte de su estrategia: «Lanzaré desde todos los ángulos»

Mientras David Morrell derrocha confianza y anticipa un nocaut fulminante, David Benavídez responde con un mensaje de poderío calculador y una estrategia que busca desmantelar a su oponente desde el primer campanazo. Lejos de dejarse llevar por la bravuconería, Benavídez se presenta como un depredador que planea una cacería metódica, alimentada por las provocaciones previas al combate.

«No tengo que buscar un solo golpe. En esta pelea, vamos a hacer cosas diferentes. Vamos a lanzar combinaciones desde el principio, y una vez que las lance, verán al mejor David Benavidez que se haya visto.» Benavídez no se limita a buscar un golpe de suerte, sino que anuncia un ataque sostenido y variado. Su enfoque en las combinaciones desde el inicio es una clara indicación de su intención de imponer su ritmo y desgastar a Morrell.

Y mientras Morrell promete un nocaut, Benavídez habla de un castigo metódico y multifacético. «No busco un solo golpe. Voy a castigar a este tipo desde todos los ángulos. Golpes al cuerpo, a la cabeza y uppercuts. Sea lo que sea, lo voy a castigar” Esta declaración deja claro que Benavídez no subestima a su rival, pero está convencido de que tiene las herramientas y la estrategia para superarlo y que desmeerita el principal foco de críticas de su rival de turno cuando lo ha llamado en reiteradas ocasiones: «Robocop».

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«Se abre una puerta para los cubanos»: Morrell lidera el asalto de la nueva generación

Las chispas no dejan de seguir saliendo de la hoguera en la que se ha convertido la antesala entre David Morrell y David Benavídez.

El púgil cubano no ha dudado en echar más leña al fuego. Lejos de mostrar temor ante la reputación de «El Monstruo» Benavídez, Morrell irradia una confianza que raya en la arrogancia, pero que, para un boxeador de su calibre, puede ser el combustible que necesita para incendiar el ring.

«No me importa lo que traiga al ring,» declaró Morrell con una seguridad que heló el ambiente, dejando claro que él es quien impone el ritmo de este combate. Las palabras de Morrell no fueron simples bravuconadas.

 «Lo llaman el monstruo, pero no me preocupa nada de eso. Tengo a mi equipo detrás de mí y estoy listo. Estoy 100% seguro. Tengo a Ronnie Shields de mi lado y tuvimos un gran campo de entrenamiento en Texas. Me siento muy bien y no me preocupa lo que digan los demás. Tendré la última palabra el sábado.»

Pero más allá de la gloria personal, Morrell ve este combate como un paso importante para el boxeo de su país. «Esto va a abrir la puerta para que otros luchadores cubanos me sigan. Estoy sumamente feliz de que este momento esté casi aquí.» Morrell no solo se ve a sí mismo luchando por el campeonato, sino que se posiciona como el líder de una nueva camada de boxeadores cubanos listos para tomar por asalto los cuadriláteros de todo el mundo.

La presencia de Ronnie Shields en su esquina, un nombre de peso en el boxeo, no hace más que reafirmar la seriedad de su preparación y la ambición con la que afronta este combate.

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